lunes, 20 de noviembre de 2017

Consejo Popular Minero respalda implementación del Arco Minero del Orinoco



COMUNICADO



El Consejo Popular Minero, todas las organizaciones sociales, ciudadanos y ciudadanas vinculados a la actividad minera en el país, frente a los ataques y las pretendidas amenazas contra la Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco, expresamos a la opinión pública lo siguiente:

Rechazamos, con profunda indignación, los reiterados ataques, orquestados de manera impropia e injusta, en contra el Arco Minero del Orinoco (AMO) y del pueblo organizado que ha dedicado su lucha incansable por el ejercicio digno de una actividad minera en beneficio de todo el pueblo venezolano; arremetidas que denotan la incapacidad de algunas personas de participar en la búsqueda real de soluciones ante la crisis económica inducida, negándose a reconocer el carácter soberano con el que se plantea la Zona de Desarrollo Estratégico Arco Minero del Orinoco.

El Consejo Popular Minero, en su carácter humanista y con conciencia revolucionaria, respalda las acciones emprendidas por el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, en su lucha por la activación económica del país, y reconocemos al Arco Minero del Orinoco como una de las opciones para fortalecer el aparato productivo del país, como parte de la Agenda Económica Bolivariana, que tiene como objetivo recuperar y reimpulsar la economía para superar el modelo rentista petrolero. En conjunto, reiteramos nuestra lealtad, servicio y vocación para seguir construyendo el Socialismo Bolivariano, hasta alcanzar la Venezuela potencia descrita en el Plan de la Patria, legado por el Comandante Hugo Chávez.

Declaramos que el Arco Minero del Orinoco (AMO) es una política de derechos humanos que abre el camino de lo posible para transformar la realidad minera, desde una visión que garantice el control soberano y legítimo del Estado en la cadena productiva minera y sus actividades conexas, el respeto al ambiente, así como el bienestar de la generación presente y de los que vendrán.

Reconocemos, como los principales protagonistas de la actividad minera en la que participamos, la situación de esclavitud, pobreza económica, daño a la Tierra, maltrato a pueblos indígenas y criminalidad que se vive en el AMO, producto de la ausencia plena del Estado, y de una política pública de acompañamiento y regulación que apoye la construcción de condiciones de vida digna para el pueblo minero.

Asignamos alta importancia al Arco Minero del Orinoco como una política revolucionaria que hace justicia a las familias mineras de Bolívar que, por décadas, hemos luchado por el reconocimiento y por la construcción de espacios sociales, políticos y jurídicos para organizarnos como fuerza productiva, en amor y respeto por el territorio, con nuevas tecnologías que tengan el menor impacto en el ambiente y en nuestra salud. Hay mucha esperanza en las familias mineras, en este proyecto integral de construcción de vida. El Arco Minero es soberanía, es organización, es conciencia de pueblo, es apropiación de nuevas técnicas. El AMO nos ha permitido definir las áreas de trabajo, a partir de estudios ambientales y sociales. Más que saber dónde vamos a ejercer la minería, es tener conciencia de dónde no vamos a estar y por qué.

No es cierto que se va a acabar con más de 111 mil kilómetros cuadrados. La planificación de las áreas que hemos hecho, de la mano con el Gobierno nacional, para el aprovechamiento minero es menor al 5 %.

Alertamos que el AMO viene a regularizar una situación de facto, y acompañar la lucha contra mafias y grupos criminales, de distintos sectores, que intentan despojarnos de la riqueza pública minera y del esfuerzo de nuestro trabajo. Es un proyecto para atender al pueblo minero, el principal defensor del territorio al sur del Orinoco. La implementación del Arco Minero de Guayana es de gran significación para nosotros y nosotras, en tanto que expresa las problemáticas en el ejercicio de la actividad minera, y plantea mecanismos y acciones para consolidar una minería responsable, ambiental y socialmente. Así concebido, el Arco Minero es una forma de afirmar soberanía sobre el territorio y sobre las minas, que son una de las principales fuentes de riqueza pública, como decía el Libertador Simón Bolívar.

Insistimos en que el hecho de que el Estado venezolano esté presente en el Arco Minero del Orinoco, para proteger, acompañar y regular, también redundará en la disminución de las prácticas devastadoras y en la estructuración de nuevas relaciones.

Condenamos la visión parcial y selectiva de los detractores del Arco Minero del Orinoco, que hablan en nombre de los derechos humanos. Les hacemos un llamado a revisar las convenciones internacionales y el Plan Nacional en materia de DD. HH., en los cuales reposa que no hay un derecho legítimo fuera del que construyen los individuos, las organizaciones y los pueblos para crear condiciones de vida digna. La mayor violación hacia los derechos humanos está en impedir o prohibir, de la manera que sea, que las personas o los pueblos puedan expresar y luchar por su dignidad.

Nos preocupa que algunas personas caigan en el juego nefasto impuesto por las grandes potencias que, en un accionar injerencista, pretenden generar inestabilidad y enfrentamientos internos en Venezuela para debilitar la moral y la economía nacional y, así, conquistar nuestros recursos que son inmensos. Es nuestro deber defender a la patria ante tales intenciones, y lo haremos a toda costa.

ES JUSTICIA

En El Callao, a los 19 días de noviembre de 2017

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